que es la teoria humanista de maslow

Descubre la teoría humanista de Maslow: motivación y autorrealización

Un pionero de la psicología humanista, Abraham Maslow (1908-1970), destacó en el ámbito de la psicología estadounidense. Su enfoque tenía como meta principal fomentar la autorrealización y el crecimiento del individuo en su totalidad. ¿Cómo lograba esto? A continuación se explica cómo comenzó su trayectoria, cuáles fueron sus contribuciones más relevantes y de qué manera impactó en la actualidad de la psicología.

La jerarquía de las necesidades fundamentales del ser humano

La teoría de la Pirámide de Necesidades de Maslow ha alcanzado gran fama gracias a su afirmación de la existencia de una jerarquía en las necesidades humanas, las cuales se dividen en cinco niveles de complejidad.

En la base de esta estructura se encuentran las necesidades más básicas, mientras que en la parte más alta se sitúan las más complejas. A continuación, se presentan los distintos niveles de necesidades, en orden ascendente:

  1. Necesidades fisiológicas
  2. Necesidades de seguridad
  3. Necesidades de afiliación
  4. Necesidades de estima
  5. Necesidades de autorrealización

Según Maslow, para poder aspirar a un nivel superior, es necesario haber cubierto las necesidades de los niveles inferiores. Por ejemplo, no se puede alcanzar la necesidad de afiliación si aún no se han satisfecho las necesidades fisiológicas.

En la cima de esta pirámide se encuentran las necesidades de autorrealización, que representan el más alto nivel de desarrollo en la teoría de Maslow. Según él, esta jerarquía determina la forma en que la personalidad se adapta a las circunstancias, dependiendo de las experiencias vividas en cada situación.

Escalera de Prioridades Estructura de Abraham Maslow

La Pirámide de Maslow es una teoría psicológica que sostiene que todos los seres humanos tienen necesidades esenciales que deben ser satisfechas. Conforme estas necesidades van siendo cubiertas, surgen nuevas necesidades y deseos más elevados.

En su base se encuentran las necesidades de primer nivel, llamadas por Abraham Maslow como necesidades básicas o fisiológicas. En la cima se encuentran las más complejas de alcanzar: las necesidades de autorrealización.

Las necesidades básicas son esenciales para la supervivencia humana, como respirar, dormir, alimentarse, hidratarse y resguardarse del frío. Sin ellas, es imposible alcanzar los niveles superiores.

La vigencia de las teorías de Abraham Maslow en la actualidad

La teoría de las necesidades, en la actualidad, tiene una relevancia indiscutible en el mundo laboral. Utilizada como herramienta para motivar a los trabajadores y aprovechar su potencial, esta teoría busca impulsarlos hacia el éxito y mejorar su rendimiento. Además, su aplicación no se limita al ámbito laboral, también se extiende a otras áreas como la educación, el marketing y la publicidad.

En el campo de la psicoterapia, también es utilizada para fomentar el crecimiento personal y la autorrealización en las personas. A través de la pirámide de necesidades, los profesionales de la salud mental pueden ayudar a que las personas identifiquen qué necesidades están satisfechas y cuáles no, contribuyendo así a su bienestar (Rivero, 2014).

El desarrollo de uno mismo según Maslow en busca de la plenitud personal

Cada individuo está influenciado por su propia visión de sí mismo, sus percepciones personales del entorno y su búsqueda de desarrollo personal. Todo esto moldea su comportamiento de manera significativa.

La forma en que actuamos está dirigida por la imagen y el concepto que construimos de nuestra identidad, nuestras perspectivas personales de la realidad y nuestras ambiciones de mejora propia. Estos factores son determinantes en nuestra conducta cotidiana.

Nuestra manera de actuar es guiada por la idea y percepción que tenemos de nuestra propia persona, nuestras formas subjetivas de percibir el mundo y nuestras necesidades de evolución personal. Estas visiones son esenciales en nuestro comportamiento diario y en nuestras decisiones.

Jerarquía de necesidades según Maslow una teoría sobre la motivación del ser humano

Según Abraham Maslow, nuestras necesidades son la fuerza motriz que nos impulsa a superar todas las dificultades que encontramos a diario. La motivación es aquello que nos da fuerza para alcanzar nuestras metas y satisfacer nuestras necesidades humanas.

Maslow realizó investigaciones para identificar cuáles son las necesidades de las personas, lo que dio lugar al famoso modelo de la pirámide de Maslow. Esta pirámide está compuesta por cinco niveles jerárquicos que son los siguientes:

  1. Necesidades fisiológicas
  2. Necesidades de seguridad
  3. Necesidades sociales
  4. Necesidades de estima
  5. Necesidades de autorrealización

La personalidad autorrealizada

Según Maslow, todos tienen la posibilidad de alcanzar la satisfacción de sus necesidades de autorrealización. Sin embargo, son pocos los que realmente lo logran. Estas personas que consiguen alcanzar este estado se conocen como autorrealizadas. No obstante, el mismo Maslow asegura que menos del 1% de la población pertenece a este grupo selecto de individuos.

Abraham Maslow Sus comienzos

Abraham Maslow, nacido el 1 de abril de 1908 en Brooklyn, Nueva York, era un estudiante y profesional destacado gracias a su gran afición por el aprendizaje y su inteligencia innata, que lo situaba en el segundo lugar más alto en su época.

En 1928, decidió enfocarse en la psicología y se especializó en la Universidad de Wisconsin, donde adquirió conocimientos sólidos y se preparó en investigación experimental junto a expertos destacados de la época.

Como resultado de su formación, en 1962 tuvo un papel importante en la fundación de la Asociación de Psicología Humanística junto a un grupo de destacados psicólogos, entre ellos Rollo May y Carl Rogers.

Las Contribuciones Más Relevantes de Maslow a la Psicología

Las aportaciones más significativas de este autor a la disciplina se centran en la temática del amor, la creatividad y el desarrollo personal. Sin embargo, sus investigaciones no fueron bien aceptadas en su momento por las revistas de tendencia conductista.

La razón detrás de esta situación radica en que la corriente humanista de la psicología presenta notables diferencias con respecto al conductismo y al psicoanálisis. De ahí surge el término "tercera fuerza", utilizado para distinguir a la psicología humanista de las dos mencionadas anteriormente.

De hecho, la perspectiva humanista se caracteriza por su cuestionamiento al determinismo y a la tendencia a ver la patología en los individuos, así como por su fuerte creencia en el potencial humano.

Principios Fundamentales de la Reconocida Psicología Humanística

De este modo, se busca superar las limitaciones del objetivismo y llenar el vacío dejado por los dos sistemas teóricos predominantes en la época de Abraham Maslow: el conductismo y el psicoanálisis.

Pero antes de adentrarnos en el tema, es importante plantear cómo se define al ser humano desde esta perspectiva. En este sentido, se considera al ser humano como una totalidad organizada y configurada, en donde cada parte contribuye a formar una unidad. En otras palabras, se entiende al ser humano como un ser compuesto por diferentes facetas o aspectos que, en conjunto, conforman su totalidad (Henao, 2013).

Explorando la esencia de los rasgos de personalidad del ser humano

A lo largo de la historia de la psicología, han existido numerosos profesionales que han propuesto diversas teorías sobre la personalidad. Entre ellos, se destacan nombres como el de Abraham Maslow, quien, junto a Carl Rogers, es considerado uno de los principales representantes de la llamada "tercera fuerza" dentro de esta ciencia: el humanismo. Este enfoque surgió en oposición a las corrientes del Psicoanálisis y del Conductismo.

En contraposición a estas últimas, el humanismo aborda a la persona de manera integral y optimista, centrándose en su experiencia subjetiva. Para esta corriente, las personas son individuos activos, capaces de desarrollarse y cuya confianza en sí mismos es el pilar fundamental de su instinto básico y dignidad.

La perspectiva humanística de Carl Rogers

La psicología humanista es una de las corrientes más significativas en la psicología, sin lugar a dudas. Sin embargo, para comprender su verdadera esencia, es crucial familiarizarnos con las ideas de otro destacado representante de esta escuela. No podemos entender el humanismo sin hablar de Rogers y Maslow. Por tanto, antes de adentrarnos en las propuestas teóricas de Maslow, sumergámonos en la teoría de Carl Rogers.

Mientras que el psicoanálisis de Freud se enfocaba en las conductas problemáticas de las personas y el conductismo las consideraba como seres pasivos sin influencia significativa en su entorno, Rogers y el humanismo proponían una perspectiva completamente diferente. En su visión, el ser humano es un individuo activo y dueño de su propio desarrollo. Para Rogers, una persona que presta atención al proceso de valoración orgánica es un individuo plenamente funcional y autorrealizado.

Rogers destaca la libertad de elección de cada individuo en cuanto a cómo dirigir su vida. Según él, la personalidad de una persona puede ser analizada en base a su grado de aproximación o alejamiento del ideal de un individuo altamente funcional. De esta manera, la valoración personal es crucial en su teoría.

La forja de la mente de Abraham Maslow

Inicialmente, Abraham Maslow se inclinó hacia las leyes como su carrera, por lo que inició sus estudios en Derecho. Sin embargo, pronto descubrió su verdadera pasión por la psicología. Esto lo llevó a abandonar Nueva York y trasladarse a la Universidad de Wisconsin para centrarse en su estudio.

Fue en este período donde su vida dio un giro trascendental. Contrajo matrimonio con una prima mayor y conoció a su primer mentor, Harry Harlow. Juntos, se adentraron en los primeros estudios sobre los primates, haciendo hincapié en su comportamiento sexual y en las relaciones de poder dentro de las manadas.

Posteriormente, Maslow regresó a Nueva York y se desempeñó como profesor en la Universidad de Columbia. Allí conoció a Edward Thorndike y Alfred Adler, este último cercano a Sigmund Freud y quien se convirtió en su segundo mentor.

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