como ocurrio la formacion de cuello largo en la jirafa de acuerdo con la teoria de darwin y wallace

Evolución del cuello largo de la jirafa según Darwin y Wallace

Según el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, las jirafas desarrollaron sus cuellos más largos gracias a su persistente lucha por alcanzar las copas de los árboles, donde se encontraba el alimento más disputado.

Pros y contras del alargado cuello de las jirafas

El cuello largo de las jirafas es sin duda una de sus características más ventajosas. Gracias a él, estas magníficas criaturas pueden alcanzar las hojas más altas de los árboles para nutrirse. Esto les proporciona un alimento exclusivo y vital para su supervivencia. Además, su altura les permite tener una vista privilegiada y detectar la presencia de depredadores en la zona, preparándose así para protegerse.

Sin embargo, este rasgo también tiene sus desventajas. Al sobresalir en altura, las jirafas son fácilmente identificables a distancia, lo que facilita el trabajo de sus depredadores. Al mismo tiempo, su gran tamaño les dificulta poder ocultarse y escapar de posibles amenazas. Además, debido a su cuerpo esbelto y su gran altura, las jirafas requieren una gran cantidad de alimento diario y un sistema anatómico y fisiológico altamente eficiente para mantenerse sanas.

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Una disputa inexistente desde el inicio

El tipico retrato de un grupo de jirafas con sus cuellos extendidos, escarbando las hojas del alto ramaje de una acacia en la extensa sabana africana, sigue siendo a menudo utilizado para ilustrar las teorías de evolución. El proceso de evolución de la jirafa, que ha evolucionado desde un pequeño antílope del tamaño de un caballo hacia su impresionante altura actual a través del alargamiento de sus extremidades y cuello, es el ejemplo básico que se utiliza para explicar la teoría de la evolución de Jean-Baptiste Lamarck. A pesar de ello, el zoólogo francés nunca hizo uso de esta ilustración en particular en sus escritos científicos sobre la evolución.

Es innegable que el ejemplo de la jirafa es un modelo recurrente en la educación y ampliamente difundido hoy en día a través de internet. Muchos de nosotros hemos crecido con imágenes de jirafas estirando sus cuellos para alcanzar sus delgados cuerpos en los libros de texto de la escuela o el instituto. Sin embargo, el uso de un modelo, especialmente uno gráfico como este mencionado, puede llevar al riesgo de reemplazar las ideas con imágenes que se vuelven persistentes. En la actualidad, la imagen de una jirafa suele estar inmediatamente asociada con Lamarck (Fig. 1). Es sorprendente que, a pesar de la vasta cantidad de conocimiento y avances en la teoría de la evolución, esta ilustración siga siendo tan utilizada y tenga tal impacto en nuestra comprensión de la evolución de las especies.

En un estudio reciente realizado por Agaba et al. (2016), se aborda precisamente la fascinación que ha causado la imponente figura de la jirafa y cómo ha sido objeto de controversias y teorías evolutivas contradictorias propuestas por Lamarck y Darwin. A pesar de que la teoría de Lamarck ha sido descartada y superada por la teoría de la selección natural de Darwin, la imagen de la jirafa sigue siendo una referencia constante en las explicaciones de la evolución. Esta persistencia en el uso de un modelo tan arraigado demuestra la importancia y el impacto de una imagen poderosa en la educación y la comprensión de la evolución de las especies.

Evidencia irrefutable respalda una teoría previamente conocida

Las características morfológicas de Discokeryx xiezhi, según Wang, son una adaptación para su comportamiento feroz de cabezazos. De hecho, los autores afirman que esta especie podría tener una de las adaptaciones de cabeza y cuello más eficientes en la evolución de los vertebrados.

Además, los datos isotópicos del esmalte dental de estos fósiles indican que probablemente ocupaban un nicho ecológico específico, es decir, el espacio en el ecosistema que no era accesible para otros herbívoros de su época.

Según el naturalista francés Jean-Baptiste Lamarck, el cuello de las jirafas se alargó al buscar el follaje más alto de los árboles. Esta idea, revolucionaria en su tiempo, no pudo sostenerse frente a los argumentos evolutivos de Darwin. Para él, el cuello no se estiró y luego se transmitió a su descendencia, sino que aparecieron aleatoriamente jirafas con cuello largo en un mundo de cuellos cortos, lo que les otorgó ventajas adaptativas.

El enigma de las jirafas y sus cuellos largos

La cuestión sobre la razón de ser del cuello tan alargado de las jirafas ha sido objeto de debate durante siglos. Desde los primeros tiempos, se han planteado distintas teorías al respecto. Entre ellas, destaca la de Jean-Baptiste de Lamarck (1744-1829), quien sugirió que estos animales tenían un cuello corto originariamente, pero que lo estiraron constantemente para alcanzar las hojas más altas de los árboles, desarrollando así un fenotipo distinto. Lamarck defendía que este rasgo adquirido por la interacción con el ambiente podía ser heredado. No obstante, sus ideas...

Luego, Charles Darwin (1809-1882) retomó las ideas evolutivas de Lamarck y propuso que el proceso por el cual se produjo este cambio fue la selección natural. Según él, las jirafas con cuellos más largos tenían más probabilidades de sobrevivir, ya que podían alimentarse incluso cuando las hojas bajas de los árboles se agotaban. De esta forma, transmitían esta característica a sus descendientes. De ahí se deduce que el cuello largo se originó como un resultado de la competencia por el alimento.

Aunque las ideas de Darwin siguen vigentes y son respaldadas por los avances científicos actuales, han surgido otras hipótesis más recientes. Una de ellas está también relacionada con la selección natural, pero en esta ocasión ligada al aspecto sexual. Según esta teoría, los machos de las jirafas tienen un duelo conocido como "necking", en el que utilizan sus cuellos como armas para empujar y hacer fuerza uno contra el otro. El que salga victorioso de esta lucha se asegura el éxito en el apareamiento y, por lo tanto, la posibilidad de transmitir sus genes con el rasgo de cuello largo a su descendencia.

Columna cada vez más resistente

Los científicos, a través de los restos fósiles de una antigua especie de jirafas, lograron refutar la tesis de Darwin. Estos hallazgos revelaron que las vértebras de estos animales prehistóricos eran no solo fuertes, sino que también tenían articulaciones intervertebrales capaces de soportar los ataques de sus congéneres furiosos.

Fue gracias a las violentas luchas en las que se golpeaban en la cabeza que se convirtieron en los mamíferos más altos del mundo. Sin embargo, según el autor principal del estudio, Shi-Qi Wang, este alargamiento del cuello no solo se debió a los combates sexuales:

"Nuestros hallazgos sugieren que tanto las peleas entre los machos como la necesidad de buscar alimentos pudieron haber influido en la elongación del cuello, pero de diferentes maneras. Mientras que los okapis, el pariente más cercano de las jirafas, también pelean, su cuello es más corto y no lo hacen tan agresivamente como las jirafas", explica el experto.

El pequeño cuello de las jirafas hace millones de años

El asombroso cuello largo de la jirafa

Este majestuoso animal terrestre es conocido por tener el cuello más largo de todas las especies existentes en nuestro planeta. No solo eso, sino que también es considerada la jirafa como el rumiante más grande del mundo.

Se cree que este rasgo distintivo evolucionó junto con su sistema circulatorio, siendo un ejemplo clásico de evolución adaptativa.

Normalmente se ha relacionado su cuello largo con la competencia por la alimentación. Se pensaba que esto permitió a las jirafas alcanzar hojas en las copas de los árboles que estaban fuera del alcance de otras especies de rumiantes en los bosques de la sabana africana.

Sin embargo, había una hipótesis alternativa que no se mencionaba tanto: la del 'cuello por sexo'. Según esta teoría, la competencia entre machos para atraer a las hembras también pudo haber contribuido a la evolución del cuello.

La investigadora Shi-Qi Wang sugiere que el estudio de fósiles de antiguas especies de jirafas puede ayudar a esclarecer estos mecanismos evolutivos.

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Propiedades anatómicas del cuello de las jirafas

La jirafa, con su imponente cuello de hasta 2 metros de largo, aparenta tener una anatomía interna única entre los artiodáctilos y ungulados, grupos a los que pertenecen estos animales. Sin embargo, estudios recientes [1] han demostrado que las jirafas, al igual que la mayoría de mamíferos (excluyendo tres géneros), tienen tan solo siete vértebras cervicales. De este modo, su largo cuello no altera su columna a nivel estructural.

Las diferencias más notables de las vértebras cervicales de las jirafas son la presencia de ciertos agujeros transversales y una importante elongación de los centros vertebrales, lo que explica su cuello tan largo. A pesar de opiniones divergentes, la columna vertebral de las jirafas presenta el mismo número de unidades estructurales que otros ungulados, pero con una notoria diferencia en su longitud.

Como resultado, más de la mitad de la columna de la jirafa está compuesta por vértebras cervicales alargadas, mientras que las demás vértebras son similares en longitud a las de otros ungulados.

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