
La evolución de la ciencia y la tecnología: ¿Quién inicia el progreso?
A menudo, tendemos a pensar que la ciencia y la tecnología son sinónimos, pero en verdad son ideas completamente distintas que se complementan mutuamente.
Relatos científicos desde una perspectiva disciplinaria
La historia de las matemáticas es un campo de estudio que investiga los orígenes y desarrollos en esta disciplina, así como la evolución de sus conceptos y las personas involucradas en ella. El nacimiento de las matemáticas en la historia humana está estrechamente ligado al progreso del concepto del número, un proceso que tuvo lugar de manera gradual en las comunidades primitivas.Inicialmente, estas comunidades tenían cierta habilidad para estimar tamaños y magnitudes, pero carecían de una noción de número más allá de dos o tres. Por lo tanto, los números más grandes no tenían un nombre específico, lo que dificultaba su comunicación.
El siguiente avance en este desarrollo fue la aparición de un concepto de número básico, aunque aún no se consideraba una entidad abstracta, sino más bien una propiedad o atributo de un conjunto concreto. A medida que la complejidad de las estructuras sociales y sus relaciones aumentaban, también lo hacían los problemas a resolver, lo que llevó a la necesidad de contar conjuntos cada vez más grandes y cuantificarlos adecuadamente.
En tiempos anteriores a la Edad Moderna, cuando el conocimiento no se difundía fácilmente por todo el mundo, los nuevos desarrollos matemáticos se compartían en unos pocos escenarios específicos. Los textos matemáticos más antiguos que se conservan incluyen la tablilla de barro Plimpton 322 (c. 1900 a.C.), el papiro de Moscú (c. 1850 a.C.), el papiro de Rhind (c. 1650 a.C.) y los textos védicos Shulba Sutras (c. 800 a.C.). A través de estos documentos, se puede trazar la evolución de las matemáticas en diferentes culturas y sociedades a lo largo de la historia.
Periodos históricos
La ciencia en la prehistoria fue una etapa clave en el desarrollo de la humanidad, en la que se gestó el conocimiento, la técnica y la tecnología que nos han llevado hasta donde estamos hoy en día. Los primeros Homo sapiens sapiens, en su vida nómada, lograron avances notables en distintas zonas geográficas, desde que surgieron hasta que nació la escritura y empezó la Edad Antigua.
En cuanto a cómo debemos referirnos a la forma de conocimiento en esa época, no existe un acuerdo generalizado ya que el ser humano prehistórico no poseía un nombre específico para esto. Sin embargo, podemos ver en su arte paleolítico una muestra de su visión del mundo y hasta han dejado algunos indicios de habilidades numéricas, como el hueso de Ishango.
El salto tecnológico más significativo se dio con el dominio del fuego, la base de todo progreso en este área y el primer paso para modificar el entorno natural. Este logro llevó a la invención de la lanza y otras herramientas a partir de palos aguzados y con la punta endurecida. Además, al observar cómo se solidificaba la tierra arcillosa bajo la acción del fuego, surgieron también la alfarería y el uso del cuero. Finalmente, la cocción de alimentos fue otra consecuencia de este avance tecnológico.
Marcos teóricos
En el transcurso de la historia, la ciencia ha sido moldeada gracias a la colaboración y la influencia de tres grupos de individuos: los artesanos, los filósofos y los científicos. Los primeros se destacaban por su habilidad en oficios tales como la construcción, la navegación y el comercio, y aportaban soluciones concretas a las necesidades sociales mediante la acumulación de conocimientos y la aplicación de reglas técnicas precisas.
Por otro lado, los filósofos se dedicaban a la reflexión y el razonamiento, ampliando el ámbito de las verdades demostrables y separándolas de la intuición. Según ellos, la uniformidad en el Ser se manifestaba en la existencia de leyes básicas independientes del tiempo, el espacio y las circunstancias. Platón, por ejemplo, afirmaba que estas leyes tenían que ser sencillas y atemporales, y que para descubrirlas había que recurrir a modelos matemáticos, ya que las regularidades observadas dependían de la materia, que es un agente de cambio y no puede ser constante para siempre.
Es importante mencionar que, para los filósofos, los datos astronómicos no eran suficientes para revelar las leyes básicas del universo. Debían ser complementados con modelos matemáticos que trascendieran los fenómenos y nos permitieran entender la verdadera naturaleza de las cosas. Esto marcó el inicio de una nueva etapa en el desarrollo de la ciencia, en la que se buscaba ir más allá de lo evidente y lo tangible.
Gracias a su interacción y colaboración, la ciencia ha logrado avanzar y seguir expandiendo los límites de nuestro conocimiento.
Cronología de los avances científicos a nivel nacional
La historia de la ciencia y la tecnología en Argentina se remonta a las políticas científicas, descubrimientos y desarrollos realizados en este país. Con una trayectoria que se extiende a lo largo del tiempo, se puede observar una fuerte presencia desde la época virreinal en el siglo de oro español y los científicos jesuitas de los siglos XVI y XVII. Luego, durante el siglo XIX, continúa con destacados astrónomos y naturalistas como Florentino Ameghino.
Con la aparición de las universidades nacionales, se empiezan a realizar esfuerzos por sistematizar y formalizar el estudio científico, entre las que se destacan la Universidad Nacional de Córdoba (fundada en 1613 y nacionalizada en 1854), Buenos Aires (1821), del Litoral (1889), La Plata (1897) y Tucumán (1914).
Tras la posguerra, se produce una transformación en el sistema científico de Argentina. Esto se debe en gran medida a la creación de organismos como el CONICET, que sigue el modelo del CNRS francés y se encarga de financiar a los recursos humanos necesarios para la investigación científica, como becarios e investigadores. Asimismo, se crean organismos específicos para la investigación en tecnología agropecuaria (INTA), industrial (INTI), nuclear (CNEA), de defensa (CITIDEF) y espacial (CNIE, actual CONAE). A nivel regional, destaca la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) de la provincia de Buenos Aires (Argentina).