
La objetividad en la ciencia: ¿por qué es tan importante?
La ciencia busca descubrir verdades sobre el mundo natural, eliminando cualquier tipo de sesgo personal, emociones o creencias falsas.[1] Esto se logra a través de la observación, que forma parte esencial del método científico. Por lo tanto, la objetividad es un aspecto fundamental, junto con la confirmación y la reproducibilidad. Para ser considerados fiables, los resultados de las mediciones deben ser comunicados entre personas y, posteriormente, demostrados a terceros, lo que permite llegar a un consenso sobre la realidad del mundo. Este conocimiento confiere una ventaja notable al permitir la predicción y el desarrollo de tecnologías basadas en evidencia empírica.
La importancia de la comunidad científica
< p> Los procesos científicos son variados y tienen como objetivo reforzar la objetividad del método científico. Entre ellos, podemos mencionar revisiones por pares, discusiones en conferencias y otras reuniones donde se presentan resultados científicos. Estas actividades forman parte de un proceso social que busca fortalecer el aspecto objetivo del método. Además, cabe destacar que existen diversos factores que pueden llevar a una tergiversación de los resultados científicos, ya sea de forma deliberada por motivos económicos, de fama o ideológicos. < /p>
< p> Es importante mencionar que cuando se descubren casos de fraude científico, se generan escándalos en el ámbito académico, pero es probable que exista un gran número de casos que pasan desapercibidos. Para comprobar la validez de los resultados, otros grupos tratarán de repetir el experimento y si obtienen resultados negativos, lo llevarán al debate científico. < /p>
Objetividad en la medicióneditar
Siguiendo una adecuada metodología, es fundamental evitar cualquier tipo de parcialidad, ya sea en forma de sesgo cognitivo, sesgo cultural o sesgo de muestreo. Un método eficaz para evitarlos es el uso del muestreo aleatorio y la realización de ensayos doble ciego.
No obstante, en ciertas situaciones, puede ser difícil lograr la objetividad en la medición. Incluso en disciplinas más cuantitativas como la economía, se utilizan medidas que son construcciones teóricas o convenciones, como lo definió Pierre Duhem.
Otra cuestión importante en la metodología es prevenir el sesgo, que puede manifestarse como sesgo cognitivo, cultural o de muestreo. Para evitarlo, se pueden aplicar métodos como el muestreo aleatorio y los ensayos doble ciego.[3]
Sin embargo, en algunas circunstancias es imposible lograr una medición 100% objetiva. Incluso en las ciencias sociales más cuantitativas, como la economía, se utiliza medidas que son construcciones o convenciones teóricas.
Imparcialidad y neutralidad en la ciencia deseable Investigación de temas y
El conocimiento científico siempre nos ha sido presentado como algo objetivo y neutral desde que empezamos a estudiar ciencia. En teoría, la ciencia no es subjetiva, ya que está basada en experimentos y observaciones, lo que le otorga veracidad. Se suele decir que dos personas independientes llevando a cabo el mismo experimento llegarán a las mismas conclusiones. Sin embargo, se habla muy poco del factor humano en la ciencia, a excepción de los grandes genios. Y aquí es donde surge la cuestión: la ciencia es realizada por personas, seres humanos con sus propios problemas, sesgos y prejuicios.
Es indispensable tener en cuenta que cada persona es única y puede tener ideas distintas debido a su cultura o situación personal. Esto significa que cada individuo aborda y resuelve un problema de manera diferente, por lo que es beneficioso contar con diversidad en la ciencia. Sin embargo, lo ideal sería que diversas personas llegaran a las mismas conclusiones.
En mi opinión, la objetividad y neutralidad son fundamentales para la veracidad de la ciencia. Pero hay que recordar que la ciencia es llevada a cabo por científicos, y las personas no somos totalmente objetivas, a pesar de nuestros esfuerzos. Por ello, es importante ser conscientes de nuestros sesgos y prejuicios para intentar evitarlos. Un ejemplo de cómo se abordan estas limitaciones en la ciencia actual es en las grandes investigaciones cosmológicas, donde se utilizan técnicas como el "ciego" de datos (1). Esta estrategia consiste en analizar los datos con una modificación previa, para luego revelar los resultados una vez que se han eliminado dicha modificación...
Cuestionamientos a la imparcialidad en la cienciaeditar
El debate en torno a la objetividad en la ciencia y el enfoque positivista ha llevado a la crítica de que todas las disciplinas científicas implican cierto grado de interpretación. En la década de 1920, el libro "The Logic of Modern Physics" de Percy Bridgman se centró en reconocer esta realidad a través del operacionalismo.
Thomas Kuhn, científico e historiador, cuestionó filosóficamente la posibilidad de alcanzar una comprensión verdaderamente objetiva en su obra "La estructura de las revoluciones científicas". Según su análisis, los científicos se agrupan en diferentes paradigmas dentro de los cuales se lleva a cabo la investigación, se forma a los jóvenes científicos y se abordan los problemas científicos.
Cuando surgen datos que parecen contradecir un paradigma científico establecido, los científicos no lo rechazan de inmediato como sugiere la teoría falsacionista propuesta por Karl Popper. En su lugar, tratan de resolver el conflicto mediante variaciones ad hoc de la teoría y una interpretación comprensiva de los datos. En algunos casos incluso pueden ignorar por completo dichos datos. Es por ello que un paradigma científico enfrenta una crisis cuando una...
Historiaeditar
El método científico, propuesto por Francis Bacon durante la Ilustración, adquirió popularidad gracias a los hallazgos de Isaac Newton y sus seguidores, y ha persistido durante siglos. A principios del siglo XVIII, se valoraba una virtud epistemológica en la ciencia que se conocía como verdad a la naturaleza. Esta tendencia fue adoptada por los naturalistas de la Ilustración y los creadores de atlas científicos, quienes se esforzaron por eliminar cualquier rastro de subjetividad en sus representaciones de la naturaleza para crear imágenes que supuestamente mostraban la realidad.[1][2]
En la segunda mitad del siglo XIX, surgió una nueva práctica basada en la objetividad mecánica en la ciencia. En lugar de tratar de influir en las representaciones de la naturaleza,la consigna pasó a ser "dejar que la naturaleza hable por sí misma".[2] Esto significó un cambio paradigmático ya que las representaciones idealizadas que eran consideradas virtuosas anteriormente, ahora se percibían como viciosas. Por lo tanto, los científicos comenzaron a ver como su deber abstenerse activamente de imponer sus propias interpretaciones en la representación de la naturaleza, y, en lugar de eso,liberarlas de la subjetividad humana.[2]
A medida que avanzaba el siglo XX, el objetivo mecánico se complementó con el juicio entrenado. Los científicos empezaron a reconocer que no era suficiente con una simple representación mecánica, sino que también debían ser capaces de interpretar y agrupar los datos y las imágenes de forma científica, basándose en su formación profesional.[1] A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, la objetividad empezó a implicar tanto juicio entrenado como objetividad mecánica.