Los aportes de Carl Friedrich Gauss a la ciencia, un legado matemático prodigioso
La historia de Johann Carl Friedrich Gauss es la de un verdadero genio que se forjó a sí mismo. A pesar de nacer en una humilde familia con padres analfabetos, este prodigio infantil logró aprender a leer de manera autodidacta y posteriormente se convirtió en una figura destacada en el mundo de las matemáticas. Gracias a su inigualable talento, Gauss fue conocido como el "príncipe de los matemáticos" y fue considerado por sus contemporáneos como el más grande en su campo desde tiempos antiguos. De esta forma, Gauss se unió al selecto grupo de figuras ilustres en las ciencias, al lado de nombres como Arquímedes, Newton y Euler, entre otros pocos.
Cómo lo hizo
El mundo real puede ser difícil de observar con precisión. Si intentas plasmar tus conclusiones en un gráfico, se dispersan sin ningún patrón definido.
Calcular un peso "verdadero" puede ser un desafío. Depende de diferentes factores como la herramienta que uses, la precisión de tus escalas y si has comido o no ese día en particular.
Gauss se enfrentó a un problema similar con Ceres. A pesar de las numerosas mediciones registradas antes de su desaparición, no había ninguna pista sobre su verdadera ubicación.
El legado de Gauss
En torno a 1820, mientras Gauss se dedicaba a determinar matemáticamente la forma y el tamaño del globo terráqueo, también desarrolló herramientas fundamentales para el análisis de datos. Una de las más destacadas fue la función gaussiana, conocida también como la campana de Gauss, que se ha convertido en uno de los pilares de la estadística. Esta función permite visualizar la frecuencia de un conjunto de datos, particularmente aquellos que se generan de manera aleatoria, como por ejemplo la temperatura de una ciudad. Al representar gráficamente estos datos en función de los días en los que se midieron, se puede observar que siguen una distribución similar a la de una campana.
Pero Gauss no solo se destacó en el campo de la estadística. El genio alemán también realizó importantes contribuciones en áreas como la astronomía, la física y la geometría. Sin embargo, su legado matemático se vio interrumpido por su repentina muerte mientras dormía el 23 de febrero de 1855. Fue enterrado en el cementerio de Gotinga, su ciudad natal, y en su lápida deseaba que se tallara su logro juvenil del heptadecágono, una figura de 17 lados que él había descubierto. Pero lamentablemente, el cantero encargado no pudo llevar a cabo su petición, ya que era imposible tallar un heptadecágono sin que se pareciera a un círculo. Sin duda, la brillante mente de Gauss habría sabido cómo lograrlo, pero ya no estaba allí para explicarlo.
La existencia sin su alteza
Gauss, el gran matemático alemán, realizó la mayor parte del trabajo para su famosa obra, Disquitiones, mientras el duque Fernando lo mantenía económicamente para que se dedicara de lleno a la Astronomía. Su objetivo era cartografiar las órbitas de cuerpos celestes, comenzando con Ceres, Pallas y Juno.
En aquella época, la exploración del cielo nocturno era considerada una verdadera ciencia, mientras que el estudio de matemáticas, en particular las propiedades de los números, no era valorado de la misma manera.
Un cargo académico podía ser una opción lógica para Gauss, sin embargo, él sentía una verdadera aversión por la enseñanza. Según él, los estudiantes con un talento innato no deseaban ser educados mediante cursos magistrales, sino aprender por sí mismos.
El encanto de los números
A finales del siglo XVIII, se predijo la existencia de un planeta en dicha vecindad. Tras intensas búsquedas, los astrónomos lograron encontrarlo, aunque de manera casual.
Gauss destacaba en su área por su gran inteligencia, pero fue al encontrar a Ceres cuando alcanzó la fama. Eventualmente, se convirtió en una especie de deidad en el mundo matemático... y con justa razón.
El método que Gauss ideó para hallar la ruta de Ceres es una de las herramientas más relevantes en toda la ciencia. Gracias a él, podemos dar sentido a una gran cantidad de observaciones aparentemente desordenadas.
Brillante
A sus quince años, este genio matemático descubrió un patrón excepcional oculto dentro de los números primos. Un enigma de gran magnitud en el mundo de las matemáticas en aquel momento.
A los diecinueve años, develó una asombrosa construcción de una figura regular de diecisiete lados -un heptadecágono- utilizando únicamente una regla y un compás. Una hazaña que, durante dos mil años, se había considerado imposible.
Desde los tiempos de la Antigua Grecia hasta este descubrimiento de Gauss, solo se conocían reglas para construir triángulos equiláteros, cuadrados, pentágonos y una figura de 15 lados regulares usando solamente una regla y un compás. ¡Todo ello, junto a las figuras que doblaban dicho número de lados!