
Teorías sobre la violencia como conducta aprendida en niños y adolescentes
Los psicólogos especializados en niños y adolescentes nos encontramos con frecuencia con problemas de agresividad en nuestras consultas. Es fundamental que los expertos en salud mental dispongamos de diversas perspectivas para abordar las demandas en estas etapas de la vida. Una de las más interesantes es la del modelado, que nos permite comprender mejor estos fenómenos.
Es innegable que la agresividad tiene múltiples causas y debemos ser cautelosos al tratar de identificar una única raíz. Sin embargo, el propósito de este artículo es brindar una comprensión profunda del origen y la manifestación de esta conducta en el contexto infantil.
Explorando diferentes enfoques sobre la agresión desde la biología hasta Bandura
El fenómeno de la agresión ha sido ampliamente estudiado desde diferentes enfoques. La pregunta que lo rodea es si la agresividad es innata, aprendida o ambas.
En un intento por responder a esta interrogante, las teorías se han posicionado en tres dimensiones: algunos consideran la agresividad como un rasgo innato, otros la ven como un comportamiento aprendido y otros buscan una comprensión que combine ambos aspectos, naturaleza y cultura.
En este recorrido por las principales teorías de la agresión, tomaremos en cuenta la distinción entre dos términos que a menudo se confunden: la agresividad y la violencia.
Agresividad o violencia
La agresividad es un término utilizado por diversas teorías para referirse al "comportamiento agresivo", es decir, la acción de agredir, que a menudo se relaciona con el concepto de "violencia". Sin embargo, Sanmartí (2006, 2012) señala la importancia de diferenciar entre ambos fenómenos y de contextualizarlos en el entramado de instituciones sociales que influyen en su producción y reproducción. Mientras que la agresividad tiene un carácter tanto humano como social, la violencia se ve cargada con significados socioculturales que la hacen intencional y potencialmente dañina.
Según el autor, la agresividad es una respuesta automática que puede ser inhibida ante ciertos estímulos, mientras que la violencia es una forma de agresividad alterada por estos significados. En este sentido, la agresividad puede ser entendida como un proceso adaptativo y defensivo común en los seres vivos, pero no es equivalente a la violencia.
Teorías de la agresividad
< p> Las teorías que han abordado el tema de la agresión han tenido en cuenta diversos aspectos. Por ejemplo, la intencionalidad de la agresión, las consecuencias negativas para las personas involucradas, las múltiples formas de manifestación del fenómeno, los procesos individuales y sociales implicados, entre otros.< /p>
< p> En este texto, examinaremos los planteamientos de Doménech e Iñiguez (2002) y Sanmartí (2006) con el objetivo de revisar cuatro de las principales propuestas teóricas sobre la agresividad.< /p>
< p> Estas teorías ponen especial énfasis en el carácter único de la agresividad. La explicación se basa principalmente en elementos "internos" que son parte de la persona. En otras palabras, la causa de la agresión se encuentra en lo que cada individuo lleva "dentro".< /p>
La convergencia entre la agresividad y la violencia existen formas de agresión diferenciadas
Mirar la agresividad desde una perspectiva social
Si consideramos que la competencia social de una persona se adquiere a través del proceso de socialización, podemos comprender que la agresividad puede ser influenciada por diversos fenómenos y experiencias, como diferencias de clase, raza, género, condición socioeconómica o discapacidad.
Por ejemplo, una misma experiencia que genere frustración y conlleve a una conducta agresiva, puede afectar de manera distinta a hombres o mujeres, niños o adultos, personas de distintas clases sociales, entre otros.
Esto se debe a que cada individuo ha sido socializado con recursos y herramientas diferentes para lidiar con la frustración y expresar su agresividad. Por lo tanto, el abordaje de la agresividad debe ser multidimensional y contextual, teniendo en cuenta las relaciones y entornos en los que se manifiesta.