A qué ciencias pertenece el termómetro: descubre su origen e importancia
¿Hay alguna forma de medir la sensación de calor o frío que solemos confundir con la temperatura? En el habla común, el término de temperatura a menudo se confunde con la sensación térmica, pero ¿existe alguna manera de asignarles un valor numérico?
Qué es un termómetro
Un termómetro es un objeto que se utiliza para medir la temperatura mediante distintos mecanismos y escalas. El más habitual de estos mecanismos es la dilatación, que consiste en la capacidad de ciertos materiales de expandirse ante la presencia de calor, como ocurre con los metales y otros elementos, como los alcoholes.
La creación del termómetro y su incorporación en la vida diaria fue un gran avance tecnológico en el ámbito de la medicina (conocido como termómetro clínico), ya que permitió medir con precisión la temperatura del cuerpo humano y determinar síntomas como la fiebre.
Galileo Galilei en es considerado el pionero del termómetro
Galileo y el termoscopio: el origen de los termómetrosEn realidad, el famoso científico Galileo no lo llamó "termómetro", sino "termoscopio". Se trataba de un tubo de vidrio terminado en una esfera cerrada, cuyo extremo abierto se sumergía boca abajo en una mezcla de alcohol y agua, mientras la esfera quedaba en la parte superior. Al calentar el líquido, éste ascendía por el tubo.
En sus inicios, el termoscopio funcionaba gracias a una propiedad de los líquidos: su dilatación al aumentar la temperatura y su contracción cuando ésta disminuía. Esto se debe a que, al elevarse la temperatura, las partículas del líquido se mueven con más rapidez, provocando su dilatación y evidenciándose fácilmente a través del tubo de vidrio. Por esta razón, se prefería utilizar materiales con un alto coeficiente de dilatación, como el mercurio.
Sin embargo, no fue hasta que el italiano Santorio Santorio incorporó una escala numérica al instrumento, entre 1611 y 1613, que éste adquirió su característica más distintiva. Esta evolución llevó al primer termómetro cerrado, inventado por Fernando II de Médici en 1654. Aunque el material utilizado solía ser alcohol, este era más inestable a la presión atmosférica.
Historia del termómetro
A partir de entonces, el arte de la construcción de termómetros fue desarrollado, especialmente en la región de Toscana, Italia, donde los miembros de la Academia Florentina - también conocida como Academia del experimento, establecida en Florencia en 1657 - iniciaron una meticulosa medición de la temperatura, presión y humedad del aire, dando lugar a una incipiente investigación meteorológica.
Los maestros florentinos se dedicaron a crear termómetros de vidrio, herméticamente sellados y llenos de alcohol, los cuales permitían medir la temperatura del agua al congelarse. Estos diseñadores, considerados verdaderos artistas, utilizaban esmalte derretido para detallar las marcas divisorias, lo que aseguraba una gran precisión en sus medidas...
Quién inventó el termómetro
El termómetro es un instrumento utilizado desde tiempos antiguos en la historia de la humanidad. Su precursor fue el termoscopio, inventado por el famoso científico del Renacimiento, Galileo Galilei. Consistía en un recipiente de vidrio con una esfera cerrada en su extremo, el cual debía ser sumergido boca abajo en una mezcla de alcohol y agua, dejando la esfera en la parte superior. A medida que el líquido se calentaba, subía por el tubo indicando la temperatura.
Posteriormente, entre 1611 y 1613, se agregó una escala numérica al termoscopio (se atribuye su creación a Francesco Sagredo y Santorio Santorio), dando origen a los primeros termómetros y también a los termoscopios, dispositivos empleados para medir la temperatura del ambiente. Este avance en la técnica hizo posible una medición más precisa y exacta de la temperatura.
La evolución del termómetro ha sido un importante aporte en el estudio de la temperatura y su influencia en diversos campos de la ciencia. Gracias a su invención, se ha podido realizar una medición rápida y sencilla de la temperatura, permitiendo así un mejor entendimiento de los cambios climáticos y su impacto en el planeta. Sin duda, el termómetro ha sido un gran avance para la humanidad en su búsqueda por comprender y controlar el mundo que lo rodea.
Cómo funciona un termómetro
El funcionamiento del termómetro es sencillo: este dispositivo consta de un extremo delicado, donde se localizan los sensores (en el caso de un termómetro digital) o la sustancia dilatable (en el caso de los termómetros de mercurio o de alcohol), y debe ser insertado en el cuerpo o la sustancia cuya temperatura se desea medir.Luego de aguardar unos minutos, el calor del cuerpo o la sustancia hará que el mercurio o el alcohol se desplace hasta alcanzar un punto equivalente en la escala del instrumento, reflejando así el grado de calor registrado.
Título: Termómetro Autor: Equipo editorial, Etecé Origen: Argentina Publicado en: Concepto.de Link: https://concepto.de/termometro/ Última actualización: 5 de agosto de 2021 Consulta realizada: 16 de octubre de 2023.La palabra termómetro
En el año 1612, apareció la primera descripción escrita de un termómetro en un comentario sobre Galeno, escrito por Sanctorius, médico y fisiólogo de la universidad de Padua (1561-1636), quien lo utilizaba para medir la temperatura corporal de las personas. Más tarde, en 1636, Kaspar Enns publicó un libro titulado "El taumaturgo matemático", en el que dedicaba un capítulo al termómetro inventado por Cornelius Drebble (1572-1634), un químico holandés que se interesaba por la dilatación de los gases y la búsqueda del movimiento perpetuo. Enns llamó al capítulo "Sobre el termómetro o instrumento de Drebble para medir el calor y el frío".
Desde entonces, el termómetro ha evolucionado y se ha convertido en un instrumento indispensable en la medición de la temperatura. Gracias a su invención, podemos saber con precisión cuánto calor o frío hay en un lugar determinado. Además, ha permitido a los científicos realizar importantes descubrimientos sobre los cambios de temperatura en diferentes entornos.
Gracias a los avances tecnológicos, hoy en día podemos encontrar diferentes tipos de termómetros, como los digitales, infrarrojos o de mercurio. Sin embargo, es importante reconocer a aquellos pioneros que sentaron las bases de esta herramienta tan útil en nuestra vida diaria. Sanctorius y Drebble, a través de sus estudios y experimentos, contribuyeron a crear el termómetro, que sigue siendo imprescindible en la medicina y en la investigación científica. ¡No olvidemos su legado!
Evolución
Si hablamos de la historia de los primeros termómetros, no podemos olvidar al burgomaestre Otto von Guericke de Magdeburgo, cuya inventiva nos dejó un termómetro excepcional. Este estaba compuesto por una esfera de latón llena de aire y un tubo en forma de U, relleno de alcohol. Para registrar la temperatura, un hombrecillo colgaba de una polea conectada a una cajita flotante en el líquido a través del tubo.
Sin embargo, Guericke cometió un error en su escala de temperaturas, situando su punto de origen a media altura del tubo.
Pero en 1703, Guillaume Amontan, en un informe para la Academia de Ciencias francesa sobre el trabajo de Newton, propuso un nuevo tipo de termómetro. En lugar de basarse en la variación de volumen del aire, utilizó los cambios de presión medidos bloqueando el aire con una columna de mercurio.
El termómetro moderno
Un gran invento que revolucionó la medición de la temperatura
El calendario marcaba el año 1724 cuando un artesano holandés llamado Daniel Fahrenheit dio a luz un instrumento que cambiaría por completo la forma en que medimos la temperatura: el termómetro moderno.
Fahrenheit, reconocido por su gran curiosidad y meticulosidad, creó un termómetro de alcohol que rápidamente se ganó una buena reputación por su precisión. Al ser comparados con otros termómetros al sumergirlos en un baño de hielo y agua, todos marcaban la misma temperatura, algo realmente sorprendente en aquella época.
La clave del éxito: la cuidadosa escala de marcas
El secreto del gran éxito de los termómetros de Fahrenheit radicaba en la minuciosidad con la que marcaba las divisiones de la escala. Esto puede parecernos algo sencillo hoy en día, pero es importante recordar que hace unos siglos atrás no contábamos con la habilidad para medir con precisión aspectos tan cotidianos como la longitud de una pared o el área de una parcela.
Gracias a su perseverancia, la habilidad para medir fue mejorando lentamente con el paso de los siglos. Sin embargo, seguir realizando marcas en un estrecho tubo de vidrio con poco espacio entre ellas no era tarea fácil...
De la hidratación al envenenamiento sin descartar el vino
Galileo comprendió que la ciencia se iniciaba con una cuidadosa medida y, siguiendo este enfoque, quiso mejorar el termoscopio. Estamos en 1610 y el científico está trabajando en el primer termómetro de alcohol, específicamente de vino.Un siglo más tarde, en 1714, Fahrenheit presentó el termómetro de mercurio y en 1724, añadió a su invento la escala de temperatura estándar que lleva su nombre, la famosa escala Fahrenheit, con el fin de registrar los cambios de temperatura de forma precisa.
El punto de partida de la escala de Fahrenheit fue la temperatura del cuerpo humano. En un principio, estableció que 100 grados serían la temperatura más alta, pero finalmente la ajustó a 98,6 grados.
Convertir Fahrenheit a Celsius una guía práctica
La invención del termómetro de Celsius: una solución práctica
Cuando su termómetro marcó una diferencia crucial, los números no redondos de la escala Fahrenheit no eran realmente una opción conveniente para la medición de temperatura. Con 32 grados para el punto de congelación del agua y 212 grados para el de ebullición (mientras que la temperatura corporal de un ser humano se encuentra cerca de los 100 grados), la escala no era del todo útil.
Por suerte, en 1742, el científico sueco Anders Celsius desarrolló una solución aún más simple para la medición de temperatura. En lugar de utilizar valores arbitrarios, Celsius decidió definir su escala utilizando dos puntos de temperatura fijos: la temperatura de fusión del hielo y la temperatura de ebullición del agua, ambos bajo la presión atmosférica estándar. Inicialmente, estableció que el punto de ebullición sería 0 y el de congelación, 100. Sin embargo, con el paso del tiempo, se invirtieron los valores, dando lugar a la escala que todavía se utiliza hoy en día. Aunque en los países anglosajones el orden de los valores sigue siendo el inverso, lo que puede ser confuso para algunos.
En la actualidad, se ha prohibido el uso de termómetros de mercurio para uso médico en muchos países a partir del año 2012, debido a la toxicidad del metal. En su lugar, algunas marcas han comenzado a utilizar galinstan, una aleación líquida de galio, indio y estaño que se considera menos peligrosa para la salud.