Descubre el planteamiento de la teoría del Yo Espejo de Charles Cooley en detalle
¿Cómo percibes la forma en la que los demás te perciben? ¿Qué percepción consideras que tienen de ti? La teoría del espejo de la identidad, formulada en 1902, sigue vigente hasta el día de hoy. Especialmente en la época de las redes sociales y la obsesión por la imagen. En la actualidad, la imagen que proyectamos en el mundo virtual determina en gran medida nuestro estatus social.
El reflejo de los niños en la teoría del yo del espejo
Cooley señaló la gran predilección de los niños por el Yo del espejo, siendo altamente influenciados por las opiniones que reciben de los demás acerca de su propia identidad.
Desde temprana edad, la interacción positiva que recibimos tiene un impacto significativo en nuestra percepción personal y en cómo nos ven los demás. Si nuestra esencia es valorada y aceptada, la imagen que reflejen nuestros espejos sociales será positiva y reconfortante.
La autoimagen de los más pequeños y los adolescentes está estrechamente relacionada con su entorno social, en el que las críticas y recompensas de padres, amigos, compañeros de escuela y profesores juegan un papel fundamental.
Descubre la teoría del Espejo del Yo de Cooley
La teoría del Yo espejo, propuesta por el sociólogo estadounidense Charles Horton Cooley (1864-1929), plantea que nuestro yo se desarrolla a partir de las interacciones sociales con nuestro entorno. En otras palabras, somos el resultado de cómo nos ven los demás y cómo nos proyectamos en la sociedad.
Cooley comparaba esta dinámica con la imagen que vemos en un espejo. Al igual que en su superficie reflectante observamos nuestra apariencia física, en la teoría del Yo espejo nos vemos a través de la perspectiva de los demás, no desde la nuestra.
Así como es imposible vernos a nosotros mismos físicamente sin un espejo, también es imposible conocernos psicológicamente sin la mirada de los demás. Nuestra imagen será percibida como agradable o desagradable en función de cómo evaluamos las percepciones que los demás tienen de nosotros.
El proceso de forjar nuestra identidad reflejo
Imágenes reflejadas: En un principio, construimos una imagen mental de cómo nos mostramos ante los demás. En ocasiones, esta imagen se corresponde con la realidad, pero en otras está completamente distorsionada con respecto a nuestra apariencia real frente a los demás. Esta percepción subjetiva de cómo creemos que nos ven no deja de ser una mera ilusión.
Juicios ajenos: Una vez hemos configurado nuestra imagen reflejada, nos planteamos qué opinan las personas de ella. En esta etapa, especulamos acerca de los juicios que los demás forman sobre nosotros en base a nuestra apariencia, ya sean positivos o negativos.
Impacto en nuestras emociones: El tercer y último paso del proceso de creación del Yo espejo consiste en cómo nos sentimos en relación a estos juicios externos sobre nuestra imagen. En esta fase, podemos experimentar diversas emociones, desde la satisfacción y el orgullo cuando nos percibimos valorados por los demás, hasta la tristeza y la vergüenza si nos percibimos de forma negativa en el reflejo de los demás.
Quiénes somos
El concepto de uno mismo a través de la teoría del Yo espejo de CooleyAl estudiar la teoría del Yo espejo de Cooley surge la inevitable cuestión: ¿quién es realmente uno mismo? Al ser nuestro autoconcepto influenciado por la percepción que tenemos de cómo los demás nos ven, nuestra identidad puede verse afectada.
¿Es posible conocer nuestra verdadera esencia? ¿Podemos estar seguros de separarla de la opinión de la sociedad? En realidad, es muy difícil. Se requiere un profundo conocimiento de uno mismo y dejar de lado la influencia externa para poder descubrir nuestra verdadera identidad.
La importancia de la percepción de uno mismoDeseamos ser aceptados y valorados por nuestra verdadera personalidad y talento. Sin embargo, si tenemos una imagen débil de nosotros mismos o le damos demasiada importancia a la opinión ajena, nuestra vida puede verse condicionada por las expectativas de los demás. Es fundamental aprender a valorarnos por nosotros mismos, más allá de la percepción de los demás.
La doctrina de la reflexión del ser cuál es su esencia
La teoría del yo del espejo de Charles Cooley sigue siendo uno de los enfoques más perdurables para entender cómo las redes sociales influyen en nuestra autoestima (cómo nos valoramos) y nuestra autoimagen (cómo nos vemos).Hoy en día, gran parte de la población construye su imagen en base a lo que publica en redes sociales como Instagram, Facebook o TikTok. Cada fotografía recibe una serie de comentarios, tanto positivos como negativos, que afectan directamente a nuestra autoimagen. Si estos comentarios reforzadores son mayoritarios, nuestra imagen se construye de forma positiva. Sin embargo, las críticas dañinas pueden boicotear completamente nuestra percepción de nosotros mismos.
Este fascinante fenómeno explicaría por qué tantos adolescentes desarrollan una autoestima tan frágil. Un estudio realizado por la Universidad de Oklahoma confirma esta realidad. Los medios digitales son un espejo en el que creamos nuestra autoimagen basándonos en la opinión de los demás. Sin duda, este problema es cada vez más preocupante...
El reflejo del Yo en las redes sociales
La teoría del Yo espejo, aunque formulada en 1902, sigue siendo relevante en la actualidad. En nuestra sociedad, la mayoría de las personas se preocupan por cómo son percibidas por otros y por las opiniones que éstos tienen sobre sus pensamientos y acciones. Las redes sociales son un claro ejemplo de cómo funciona el Yo espejo en la práctica. La autoestima, autoconcepto y autoimagen de la mayoría de los usuarios de estas plataformas están influenciados por los comentarios y reacciones de sus seguidores.
En las redes sociales, nos conectamos con el mundo contemporáneo y nos vemos reflejados en un espejo virtual. Este espejo es utilizado para construir nuestra imagen basándonos en los juicios de los demás. Cada publicación en Instagram o TikTok genera interacciones, ya sean positivas o negativas. Las interacciones positivas contribuyen a una autoimagen positiva, mientras que las críticas pueden afectar negativamente nuestra percepción de nosotros mismos.